Leonardo Marcos González, natural del León, es licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Madrid y se especializó en Alta Dirección en el Instituto Nacional de Administración Pública para pasar a formar parte del Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado y desde el 31 de enero de 2020 es el Director General de Protección Civil.

Su trayectoria como servidor público es larga e incluye puestos en la Delegación del Gobierno en Castilla y León, el Instituto Nacional de Estadística o consejero de Información en las embajadas de España en Argentina, Estados Unidos y China.

¿Cómo valora la Dirección General de Protección Civil y Emergencias la celebración del segundo Congreso Nacional de Emergencias? 

El II Congreso Nacional de Emergencias que se celebrará en Valencia durante el próximo mes de octubre es un evento que tiene como objetivo reunir a profesionales, expertos y autoridades en el ámbito de la protección civil y la gestión de emergencias. Durante este segundo congreso, se presentarán y discutirán temas relacionados con la anticipación, prevención, planificación, recuperación y finalmente evaluación ante situaciones de emergencia y desastre, así como la innovación en tecnología y herramientas para la gestión de emergencias. El contenido incluye un interesante programa de conferencias y sesiones técnicas con mesas debate sobre temas transversales con máximos responsables de emergencias.

¿Qué espera de esta edición?

La celebración de este segundo congreso es muy importante para promover la capacitación y el intercambio de conocimientos y experiencias entre los profesionales y expertos en esta materia. Puede ser una excelente oportunidad para presentar y discutir nuevos enfoques, herramientas y tecnologías que pueden mejorar la capacidad de respuesta ante emergencias y desastres, y para establecer redes de contacto y colaboración entre los diferentes actores involucrados en la gestión de emergencias.

Además, el Congreso será muy útil para sensibilizar a la población sobre la importancia de estar preparados e informados sobre cómo actuar ante situaciones de emergencia, lo que puede contribuir a reducir el impacto de los desastres y mejorar la resiliencia de las comunidades autónomas y ayuntamientos.

El Sistema Nacional de Protección Civil es una de las herramientas más eficaces para la coordinación de la reacción ante estos escenarios. ¿Cómo se articula y en qué situación se encuentra actualmente?

El Sistema Nacional de Protección Civil (SNPC) es un conjunto de estructuras, medidas y acciones coordinadas que tiene como objetivo proteger a la población, los bienes y el medio ambiente frente a situaciones de emergencia y desastres. Este sistema se encarga de la planificación, prevención, preparación, respuesta y recuperación ante cualquier tipo de emergencia, ya sea de origen natural, tecnológico o humano.

El SNPC se basa en la cooperación y coordinación entre diferentes instituciones, organismos y entidades, tanto públicas como privadas, y tiene como principios fundamentales la solidaridad, la eficacia y la eficiencia en la gestión de las emergencias. Entre las instituciones que forman parte del SNPC se encuentran la Administración General del Estado, las Comunidades Autónomas, las Entidades Locales, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, las Fuerzas Armadas, los servicios sanitarios, los servicios de extinción de incendios y salvamento, las organizaciones no gubernamentales y la sociedad civil en general.

El SNPC se encarga de establecer planes y protocolos de actuación para hacer frente a situaciones de emergencia, así como de coordinar las acciones y recursos necesarios para su gestión. También se encarga de promover la prevención y la concienciación sobre los riesgos y amenazas, así como de llevar a cabo acciones de formación y capacitación en la gestión de emergencias para los diferentes actores involucrados en el sistema.

En resumen, el Sistema Nacional de Protección Civil es un marco de cooperación y coordinación para la gestión de emergencias y desastres, que tiene como objetivo principal proteger a la población y los bienes frente a situaciones de riesgo.

España vive, desde hace unos años, en un escenario de Emergencia continuo: erupción del volcán, incendios forestales que cada vez se producen antes o inundaciones. ¿Cómo se están adecuando los medios a los nuevos escenarios cada vez más demandantes?

Como bien saben los lectores, la protección civil es un servicio público que protege a las personas y sus bienes garantizando una respuesta adecuada ante las emergencias o catástrofes, sean originadas por causas naturales o por la acción humana. Una de las características fundamentales de las emergencias es que convierten a todas las personas en extremadamente vulnerables, por eso involucra a todas las administraciones públicas, pero también a toda la sociedad.

Sabemos que somos uno de los países más seguros del mundo. Y que a esta seguridad contribuye la protección civil de manera importante. Pero también sabemos que una sociedad avanzada como la nuestra está sometida a riesgos que hay que prever, que hay que analizar y para los que hay que prepararse. También sabemos, pocas dudas parece que quedan al respecto, que nos enfrentamos a cambios en la climatología y que estos cambios suponen un riesgo para nuestra sociedad.

La protección civil es, entre otras cosas, anticipación y planificación. En este sentido, recientemente hemos aprobado el Plan Nacional de Reducción del Riesgo de Desastres Horizonte 2035. En esta política es esencial actuar en el corto plazo, pero sin perder la perspectiva del medio y del largo. El Plan Horizonte 2035 –que involucra a todas las Administraciones Públicas- contiene medidas inmediatas, junto con otras de más lento desarrollo.

La cultura preventiva nos involucra a todos. Debemos permanecer permanentemente atentos a detectar posibles riesgos, prepararnos para evitarlos y, llegado el caso, responder en el mínimo tiempo y con los menores daños posibles, para recuperar la normalidad. Se trata de una tarea de toda la sociedad. Todos y cada uno de nosotros podemos -y debemos- ser actores relevantes en la construcción de un primer círculo de seguridad frente a situaciones de vulnerabilidad.